Versos al Epistolario Teresiano

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Epistolario Teresiano

 María Asunción del Sagrado Corazón, ocd

¿Cuándo comenzó en Teresa
La elevada inspiración
De plasmar su experiencia,
Escribir como un profeta,
Trasvasarnos su interior?

Natura dotó a Teresa
De mágica precisión,
Simpatía arrolladora,
Sencillez encantadora,
Fuerte y tenaz persuasión.

Su obra quedó enmarcada
En el trasfondo guerrero:
El Castillo y sus moradas
Muestran que la castellana
era hija de su tiempo.

Nunca destruye la gracia
Lo que regaló natura,
Al contrario, la sublima,
Sus asperezas le lima,
Le da espesor y tersura

Autobiografía, Moradas,
Camino de Perfección,
O simplemente sus Cartas
Son reflejo de su alma
¡Su historia de salvación!

Alma abierta y trasparente
Cultivará la amistad,
Y las cartas van fluyendo
Como cascadas de dentro,
Se dilatan como el mar.

Escribe como si hablara,
Es dialogante y sincera,
Con ternura femenina,
Fiel a la gracia divina,
Advierte, halaga, ruega.

La siembra de sus conventos
Que promueve y acaudilla,
Le multiplicará el correo,
Robando horas al sueño,
Lo convierte en largo día.

 Una gran preocupación
Le causan los mensajeros,
Y hasta triplica las copias
Escritas de letra propia
Y con distintos recueros.

Viviendo tan pobremente
Paga su propio correo
Y si Gracián la modera,
No tiene en cuenta la queja,
¿No valen más los conventos?

Cuando los tiempos son recios,
Para escribir a Gracián,
Recurrirá  a un cifrario,
lleno de humor bello y sabio.
Con el fin de despistar.

 Sus cartas no son ”ex cátedra”
Ni sus temas, doctrinales;
Son el vivir día a día,
Lo que acontece en la vida;
Fe y esperanza, a raudales.

Teresa se mete entera
Como autora y dialogante;
Sean temas doctrinales,
De salud o espirituales
Llevan su sello y talante.

En las cartas familiares
Saldrán pleitos y herencias,
Las manías del buen Pedro,
De Lorenzo, los dineros,
Y de Francisco… la suegra.

Hasta al mismísimo Rey
Escribe con gran soltura.
Cuando Gracián o Fray Juan
En grave peligro están,
Empuña firme la pluma.

Pero Teresa se explaya
Con sus hijos y sus hijas;
Cartas llenas de ternura
Y, si es necesario, duras;
¡no se perdonan fatigas!

La palma sin precedentes,
Se la llevará Gracián:
Más de cien cartas escritas,
Contando todas sus cuitas,
¡bien caras le costarán!

 La priora de Sevilla,
María de San José,
Tan probada y tan querida
Es la segunda en la lista,
Compañera en padecer.

“Todas se han de amar,
Todas se han de querer”
Es el estilo de Teresa
Que por todas se interesa,
De todas quiere saber.

Un estilo de hermandad
Fraterno y dialogante,
Es un trato de amistad
Con un Dios que es Trinidad,
divino y humanizante

 Un día en Alba de Tormes
Aquella luz agoniza,
Solo queda una llamita
Para mostrar que está viva:
“sus escritos y sus hijas”.

Muerta la Madre, Gracián
Ya propuso –y no halló eco-
Juntar diversos escritos
Y hacer con ellos un libro
“bien deleitoso, por cierto”.

Setenta años más tarde
Jerónimo de la Concepción
Firmará desde Pastrana
Un “Decreto” do reclama
Juntar cuanto ella escribió.

 En virtud de obediencia
Y bajo precepto formal,
Se recogerán las cartas,
Se harán copias bien exactas,
Dando cuenta al General.

Fue esta la edición príncipe
De las cartas de Teresa.
Sólo sacaron dos tomos
Con recelos y temores
De fracasar en la empresa.

En el fondo se temía
Que defraudase al lector,
Pues no alcanzaba la altura
De anteriores lecturas,
De un estilo superior.

Para esquivar el escollo
Se recurrirá a un famoso:
Juan de Palafox Mendoza,
Que con sus notas y glosas
Presenta un libro valioso.

Palafox suple la falta
De riqueza doctrinal:
Rellenó el libro de notas,
Bien compuestas y barrocas
Que ocultan el original.

Pero Teresa renace
Como un granito de trigo
Y el libro es editado,
Traducido y valorado
Y en varias lenguas leído.

Comienzos del siglo XX,
Surge un gran teresianista:
Silverio de Santa Teresa,
Calidad, tesón, destreza
Preparó la edición crítica.

No podemos silenciar
A un carmelita admirable
Que ha dedicado su vida
A su gran madre y amiga,
El padre Tomás Álvarez.

Al ser hijas de Teresa,
Somos hijas de la Iglesia.
Selladas por el bautismo,
Nuestro capitán es Cristo:
Vivamos la gran empresa.

 

 23 de agosto 2014
Carmelitas Descalzas de Alquerías (Castellón)

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