Para muchos, el nombre de Mirabai del Rajasthan quizá sea totalmente desconocido. Sin embargo, hay aspectos en la vida y la experiencia religiosa de esta mujer, contemporánea de Teresa -si bien proveniente de un universo cultural muy diverso- que nos permiten poner a ambas en relación.
Mirabai, o Mira, (nacida alrededor de 1498) es una princesa del Rajasthan (norte de India), perteneciente al clan de los Rajput, de la familia de los Rathor.
Como manda la costumbre, Mira debía contraer matrimonio con alguien de su mismo rango. Y así, su familia concertó su boda con el príncipe Bhoj Raj. Pero Mira no podía aceptar este matrimonio, ya que, desde pequeña, creció enamorada del dios Krishna y se consideraba su esposa. Son continuas sus salidas de casa para entrevistarse con los sadhus, los ascetas hindus, y tratar temas espirituales con ellos, o al templo, a danzar delante de su dios y cantarle canciones de amor, poemas que componía ella misma.
Cuenta la tradición que Mira, llevada de su pasión por la divinidad, se negó a consumar su matrimonio, lo que le ocasionó el maltrato por parte de la familia de su marido, que intentó también darle muerte por distintos medios. Al fallecer su esposo en el campo de batalla, parece ser que abandonó la corte con su bienestar y sus lujos, para convertirse en una mendiga peregrina y mezclarse así con las clases más bajas de la sociedad.
Mira es considerada una mujer subversiva, no ya por atacar directamente el orden social o la religión oficial, sino por ignorarlas y dedicarse a la religión de su corazón, y a las clases sociales más bajas y a las mujeres:
«He sentido el balanceo de los hombros del elefante, y ahora ¿queréis que me suba a la grupa de un asno?» –afirma Mirabai de Rajasthan en uno de sus poemas, en respuesta a quienes le reprochaban su desinterés por lo mundano y su amor obsesivo por el dios Krisnha.
¿Qué une a estas dos mujeres, Teresa y Mirabai?
Las dos entienden la fe como una experiencia vital, no como una colección de dogmas. Ambas carecían de una educación teológica formal, pero también en ambas la teología fue fruto de su experiencia personal.
Hay en Teresa y en Mira una clara conciencia de la presencia envolvente de Dios, pero, más allá de la certeza de la trascendencia divina, para las dos, la experiencia es la de un Dios encarnado. El acento se pone en la humanidad de Dios (Cristo/ Krishna). Y también en las dos encontramos la simbólica nupcial para referirse a su relación con Dios-esposo.
Para ambas mujeres, el camino de la unión con Dios es el amor. La experiencia de ser previamente amadas por Dios que las atrae intensamente las lleva a desprenderse de cualquier otra cosa: riqueza, honor o poder son despreciados y considerados nada en relación con la belleza del Señor. Teresa usa la imagen del feo gusano de seda que muere para convertirse en “una mariposica blanca, muy graciosa”. Mira, por su parte, presenta la imagen de la mariposa nocturna que ofrece su cuerpo a la lámpara, muriendo para unirse a su luz. En ambos casos, se trata de abandonar el falso yo, la identificación con el estatus, la riqueza y el honor y crecer en un auténtico conocimiento de sí mismo (humildad, en términos teresianos).
Para ambas, el proceso de unión con Dios no se limita al esfuerzo personal, sino que es, ante todo, gracia. La santidad no tiene que ver, para ellas, con rituales externos, sino con la interior transformación del corazón.
«Mi Maestro me ha revelado
el espejo dentro de mí;
ahora cantaré y bailaré en éxtasis.
Al verdadero Señor he llegado a ver
nadie sabe de este tesoro
que yace dentro de mi propio ser»
Mirabai
Fuentes:
-Ana García-Arroyo, «La mística de Teresa de Ávila y Mirabai: dos mujeres sabias contracultura» en Hispanic Horizon, New Delhi, INDIA, 2010.
-Deborah Lee Sonnell, A comparative study of the writings of St Teresa of Avila and Mirabai on their understanding and experience of the path to union with god, University of KwaZulu-Natal, Pietermaritzburg, 2009.
me gusta mucho gracias
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