En el número extraordinario III (2025) de Investigaciones Históricas. Época moderna y contemporánea se ha publicado el estudio de Javier Burrieza Sánchez, «El Carmelo de San José de Medina del Campo. La morada en la villa de las ferias», un trabajo de referencia para comprender el lugar que ocupa Medina del Campo en la génesis y consolidación de la reforma teresiana.
El artículo aborda la segunda fundación de santa Teresa de Jesús, realizada en 1567, situándola en un marco urbano, económico y religioso muy concreto: la Medina de las ferias, núcleo financiero de primer orden en la Castilla del siglo XVI. Lejos de limitarse a una historia interna del convento, el autor reconstruye el entramado social, institucional y espiritual que hizo posible el establecimiento del Carmelo de San José en la villa, atendiendo tanto a las dinámicas locales como a los grandes procesos de la reforma religiosa.
Uno de los ejes del trabajo es el diálogo entre reforma carmelitana y contexto urbano. Burrieza muestra cómo la presencia previa de los jesuitas, la densidad conventual de Medina y su condición de centro mercantil influyeron decisivamente en la fundación. La colaboración con la Compañía de Jesús, la mediación de figuras como Baltasar Álvarez y el papel de redes de mercaderes y bienhechores permiten entender la implantación del Carmelo descalzo como un fenómeno plenamente inserto en la vida de la ciudad.
El estudio presta especial atención a la materialidad de la fundación: las casas iniciales, las obras, los traslados provisionales, la configuración progresiva del espacio conventual y de la clausura. La «morada» no es solo un lugar físico, sino un espacio simbólico donde se encarna el ideal reformador teresiano, marcado por la pobreza, la clausura y la centralidad de la oración.
Otro aspecto destacado es el análisis de las tensiones institucionales. El artículo documenta con precisión los conflictos con autoridades de la Orden, las maniobras de algunos provinciales, los problemas en torno a los prioratos y al patronato de la capilla mayor, así como la capacidad de Teresa de Jesús para gobernar, negociar y resistir en un contexto complejo. Medina del Campo aparece así como un observatorio privilegiado para estudiar los equilibrios de poder en la reforma del Carmelo.
No faltan, además, las figuras personales: las primeras monjas del convento, las vocaciones surgidas en la villa, la relación con san Juan de la Cruz y el papel de mujeres clave como Ana de Jesús o Jerónima de la Encarnación. A través de documentación de archivo y de los escritos teresianos, Burrieza reconstruye un microcosmos donde se cruzan espiritualidad, vida cotidiana y estrategias institucionales.
Se trata de una aportación de interés tanto para los estudios teresianos como para la historia del Carmelo descalzo y de la espiritualidad moderna.
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[Javier Burrieza, «El Carmelo de San José de Medina del Campo. La morada en la villa de las ferias», INVESTIGACIONES HISTÓRICAS. Época moderna y contemporánea, Extraordinario III (2025): 131-157, https://revistas.uva.es/index.php/invehisto/es/article/view/10515%5D