Teresa, de la rueca a la pluma

Damos gracias a Dios por la elección del papa León XIV, un nuevo sucesor de Pedro con raíces españolas por vía materna y una profunda sensibilidad pastoral. Su camino hasta aquí ha estado marcado, sobre todo, por el servicio como misionero agustino y, más recientemente, como prefecto del Dicasterio para los Obispos.

Hace apenas unos meses, el entonces Cardenal Robert Prevost visitó Ávila. Su nombre figura en el libro de firmas de la basílica de la Santa con fecha 22 de septiembre de 2024. Aquel día, acompañado de un pequeño grupo de peregrinos, compartió con el P. Luis Carlos, ocd que había venido “siguiendo las huellas de santa Teresa”. Así se recoge en una nota del Obispado de Ávila que deja entrever la sintonía del nuevo papa con la Santa.

León XIV trae consigo la riqueza de la espiritualidad agustiniana, tan cercana también al corazón de Teresa. No en vano, la lectura de las Confesiones de san Agustín marcó uno de los momentos decisivos en su camino de conversión. Entre ambos hay un lazo invisible que pasa por el amor a la verdad, la búsqueda de Dios y la hondura del corazón.

Oramos por el nuevo papa. Que su pontificado sea tiempo de comunión, discernimiento y renovación. Y que, como Teresa, no deje de caminar en amistad con Cristo, por las sendas del Evangelio.

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