‘Tiempos recios’: Teresa de Jesús y Vargas Llosa, un cruce inesperado

Hoy, 14 de abril, ha fallecido Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura y una de las voces más influyentes de las letras hispánicas contemporáneas. Su muerte invita, casi inevitablemente, a volver sobre su obra, a releer sus novelas, sus ensayos, sus batallas intelectuales. Y entre todos sus títulos, hay uno que nos toca especialmente: Tiempos recios (2019).

Para quienes caminamos con Teresa de Jesús, el eco es inmediato. Esa expresión —tiempos recios— no es invención moderna. Aparece en la Vida, cuando la Santa describe el ambiente de recelo que rodeaba su libertad para hablar de Dios y su experiencia mística: «Iban a mí con mucho miedo a decirme que andaban los tiempos recios y que podría ser me levantasen algo y fuesen a los inquisidores» (Vida 33,5).

Sorprende, y al mismo tiempo deslumbra, que un escritor tan ajeno —al menos en apariencia— al mundo religioso como Vargas Llosa, liberal y agnóstico, se sintiera interpelado por esas dos palabras cargadas de historia y de fuego. Porque sí, él también quiso hablar de tiempos recios —los de Guatemala en los años 50, pero también los de toda una América Latina asolada por dictaduras, silencios forzados y simulacros ideológicos.

Y no deja de haber belleza en los cruces inesperados. Teresa y Vargas Llosa comparten algo más que un título: ambos nacieron un 28 de marzo, con cuatro siglos exactos de distancia (1515 y 1936). Una fecha que, sin buscarlo, los enlaza. Ella, fundadora audaz, escritora sin escuela pero con un genio sin igual. Él, narrador combativo, defensor incansable del castellano. Dos figuras aparentemente dispares, unidas por el poder de la palabra.

Porque si algo tuvieron en común, fue esa forma de convertir el lenguaje en trinchera. Teresa lo hizo para hablar con Dios y sostener la verdad de su experiencia interior frente a la sospecha. Vargas Llosa, para desenmascarar los discursos del poder y defender la libertad. Cada uno, a su modo, escribió para resistir.

Quizá la coincidencia no sea más que eso: un cruce curioso entre dos nombres grandes. Pero cuando la palabra viaja siglos —y sigue diciendo algo esencial— vale la pena detenerse. Tiempos recios, en Teresa, fue advertencia y también oportunidad. En Vargas Llosa, es denuncia y memoria. En ambos, la palabra se vuelve refugio y combate.

Y a quienes seguimos de cerca a la Santa, nos queda la certeza de que su voz sigue encontrando caminos inesperados para resonar. Incluso en quien nunca pensó encontrarla.


2 respuestas a “‘Tiempos recios’: Teresa de Jesús y Vargas Llosa, un cruce inesperado

  1.  » Tiempos recios “ tiempos fuertes en los cuales hay que actuar…..

    Que coincidencia con Vargas…..

    Has hecho un artículo muy interesante, María -José

    Muchas gracias, de un teresiano

    Manuel

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