El Papa Gregorio XV canonizó, un 12 de marzo de 1622, a los beatos Isidro Labrador, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Felipe Neri y Teresa de Jesús. Los italianos comentaban humorísticamente que ese día el Papa había canonizado a cuatro españoles y un santo.
Este lienzo representa a los cinco nuevos santos. Es una obra de Guy François de Le Puy-en-Velay, (siglo XVII).
Refiriéndose a sus compatriotas hispanos, el poeta Lope de Vega los describía así: «un labrador para humildes; un humilde para sabios; un sabio para gentiles; y una mujer fuerte para la flaqueza de las que en tantas provincias aflige el miedo»¹.
Ofrecemos, a continuación el texto del Decreto de canonización.
Decreto del Santísimo Señor Nuestro y Padre en Cristo, Gregorio XV, tocante a la canonización de los Santos Isidro, Ignacio, Francisco Javier, Teresa de Jesús, virgen, y Felipe Neri, confesores, celebrada a 12 de Marzo de 1622².
A honra de la santa e individua Trinidad y exaltación de la fe católica, y aumento de la Religión cristiana, con la autoridad del mismo Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de los Santos apóstoles Pedro y Pablo, y nuestra, habiendo tomado consejo de nuestros hermanos, determinamos y definimos que los sujetos de buena memoria Isidro Labrador, patrón de Madrid; Ignacio de Loyola, vizcaíno, del lugar de Azpeitia, fundador de la Compañía; Francisco Javier, de la misma Compañía de Jesús; Teresa de Jesús y Ahumada, natural de Ávila, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos; y Felipe Neri, florentín, fundador de la Congregación del Oratorio, son Santos, dignos de ser escritos en el catálogo de los Santos; y como a tales los escribimos en dicho catálogo, determinando que todos los años, el día del tránsito de Isidro, Ignacio, Francisco y Felipe, como á confesores no Pontífices, y en el de Teresa, como solamente virgen, celebre la Iglesia universal sus oficios devota y solemnemente. Y sobre esto, valiéndonos de la misma autoridad, todos los que verdaderamente penitentes y confesados visitaren devotamente los sepulcros de los dichos, cualesquiera año en los días de sus festividades, concedemos un año y cuarenta días de indulgencia, y a los que hicieren esto en las Octavas de sus fiestas, concedemos cuarenta días.
- Canonización de Santa Teresa en Roma. 1622
- Anónimo. Siglo XVII.
- Monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora. Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes (Salamanca).
¹Biblioteca de Autores Españoles, vol. 38 (Cayetano ROSELL, Colección escogida de obras no dramáticas de Frey Lope Félix de Vega Carpio), Ediciones Atlas, Madrid, 1856, p. 150.
²Vicente de la Fuente, Escritos de Santa Teresa. Tomo segundo, añadidos e ilustrados por don Vicente de la Fuente, Madrid, M. Rivadeneyra, BAE, Madrid, 1862, p. 432.


Todo lo concerniente a la madre Teresa de Jesús, Santa Teresa, es muy interesante por su ejemplaridad y docencia espiritual y mística.
Su intima, vivida y expresa devoción a San José, es memorable: basta conocer sus dichos al respecto, cómo se vivía su fiesta en el convento y demás datos.
De los diez y siete conventos de la Virgen del Carmen, fundados por la madre Teresa, once están bajo el título de san José: Ávila (1562), Medina del Campo (1567), Malagón (1568), Toledo (1569), Salamanca (1570), Segovia (1574), Beas de Segura (1571), Sevilla (1576), Caravaca de la cruz (1576), Palencia (1580), Burgos (1582). También Guadalajara. Con la particularidad, que, a partir de la fundación de Beas de Segura, San José irá asociado a otros títulos: Corazón de Jesús y san José, San José y santa Ana y el de san José y santa Teresa, del convento de Valencia, seguido de la muerte de la santa madre Teresa. (Gracias al Dr. Santiago Montoya, por el dato).
Buenos días. Muy interesante el cuadro de la canonización, pintado por Guy François, y además con historia.
En general las representaciones de la canonización de la Santa, son pocas, pero de mucha calidad.
Cordialmente Manuel Navarro
Muchas gracias, Manuel. Siempre nos enriquecen tus comentarios. Saludos.
Me es grato conocer la fecha de canonización de Santa Teresa de Jesús, de quien siento profunda admiración
porque me ha convencido de la forma de orar y adorar a su majestad.