La Noche Blanca de Burgos es una manifestación cultural abierta a todos los ciudadanos. Música, exposiciones, danza, magia, teatro, artesanía, humor, visitas, jornadas de puertas abiertas, escenografías de luces, ferias y mercados… integran un programa variado y muy intenso, que comienza por la tarde y se prolonga hasta la madrugada, acercando aún más la cultura a los ciudadanos y proponiendo un plan alternativo a sus noches.
Este año el 23 de mayo se ha celebrado la octava edición. Con este motivo, y por encontrarnos en el año teresiano, la comunidad de carmelitas descalzas del convento de San José y Santa Ana que fundara Teresa de Jesús abrió por primera vez al público su jardín y huerta para que pudieran ser visitados. Se formaron grandes colas para entrar. La ermita que la carmelita mandaba construir en todos los conventos que fundaba la santa, un estanque, un jardín modernista y un curioso ‘rincón divertido’ fueron algunos de los encantos que los visitantes pudieron descubrir, en un recorrido iluminado por casi 4.500 farolillos y amenizado por una lectura de los textos de Teresa de Jesús.
También la santa fue protagonista del espectáculo Huellas, en la impresionante catedral d Burgos. Christian Gimat (Ad Lib Créations), con una escenografía de luces y videomaping sobre la fachada de Santa María, trató de crear en la audiencia una atmósfera contemplativa propia para experimentar la intensidad de la búsqueda espiritual que realizó la Santa a lo largo de su vida.
Así lo narra el Diario de Burgos en su edición de hoy:
La catedral se vuelve convento
Ad Lib Créations, la compañía que cada año ilumina la Catedral en la Noche Blanca, le ha cogido el punto al templo. Domina las dimensiones del rosetón, las agujas y las galerías hasta conseguir crear ilusiones ópticas con ángeles y santas de por medio.
Anoche el espectáculo Huellas, en el que se narraba la vida de la religiosa de Ávila en el quinto aniversario de su nacimiento, convirtió a la Catedral en un convento. Por las galerías reconvertidas en claustro paseaba Santa Teresa ensimismada en sus pensamientos y oraciones; sus torres se llenaban de vidas de los santos que marcaron la biografía de la fundadora de las carmelitas, y en sus puertas aparecían los libros y reflexiones que escribió durante su época de clausura.
La voz del narrador apuntaba los rasgos principales de la vida de esta mujer que fundó en Burgos el último de sus conventos, el de San José y Santa Ana, que este año se ha convertido en lugar de peregrinación de decenas de ciudadanos. Con efectos de llamas, cielo estrellado, ángeles que caían del cielo, páginas de pensamientos y hasta las gotas de la ensoñación, Huellas iluminaba la Catedral con una amalgama de matices de colores, resaltando su arquitectura, la policromía que debió tener y las posibilidades de un templo que ayer fue el convento más grande y luminoso de los que creó Santa Teresa.
La Catedral resultó anoche más hermosa, femenina y espiritual que nunca; el milagro de la luz se alió con la escritora, religiosa y santa. «Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Solo Dios basta». Con los versos de la protagonista, el espectáculo despedía a los espectadores en un bucle que se repitió
Soy una ciudadana madrileña que, gracias al amor de un caballero burgalés, está descubriendo los rincones de esta hermosa ciudad cabeza de Castilla, y lo que ayer noche contemplé en la esplendorosa Catedral me dejó boquiabierta. Sin palabras es la expresión exacta. Quedé impactada a la vez que maravillada. Enhorabuena a quienes montaron anoche ese gran espectáculo, gracias al cuál el templo divino cobró magia y vida. Gracias a mi amor, Javier, por traerme hasta aquí, a toda su familia y a la ciudad de Burgos por acogerne tan bien. Olé!!
Gracias, Ruth,por compartir esta hermosa experiencia. Saludos.