Denis Rafter es irlandés de nacimiento, pero reside en España desde hace muchos años.Se formó en el Abbey Theatre, teatro nacional de Irlanda donde el naturalismo es la base actoral. También pasó por la prestigiosa Guildhall, Escuela de Música y Drama de Londres, en cuyas aulas se licenció como profesor de voz y drama.
Recientemente, ha estrenado «Beloved Sinner», donde se mete en la piel del genio Óscar Wilde para indagar en sus fantasmas, pero también -y sobre todo- acercarse a su luminosa humanidad.
Esta humanidad es algo que al actor y director siempre le ha interesado. Hace cuatro años, estrenó en el Teatro de Rojas de Toledo la obra «El Pájaro Solitario», de José María Rodríguez Méndez, una obra sobre San Juan de la Cruz, que narra su cautiverio y fuga de una celda de un convento toledano en el año 1577, su «lucha» entre el odio y el amor y el triunfo de este último sobre el primero, gracias a su gran bondad:
«El pájaro solitario» para mi es una obra sobre el amor y os aseguro que está hecha con amor. El personaje de San Juan de la Cruz todavía nos impresiona cuatrocientos años después de su muerte y sus cánticos todavía nos emocionan, porque la capacidad de amar de este frailecito era extraordinaria. La bondad de él fue y sigue siendo una gran victoria sobre la maldad.
Además de Beloved Sinner, está preparando una obra sobre Santa Teresa de Jesús, titulada «Teresa, la jardinera de la luz». El grupo de teatro Lazarillo de Tormes, vinculado a la ONCE, la representará en Alba de Tormes el 29 de marzo. Se encuentra esta obra en el programa cultural de la Junta de Castilla y León para el V Centenario.
Dice estar interesado, más que en la santa, en la persona de Teresa, a la que considera «una fuera de serie» durante su vida contra todos. De hecho, ha escrito una conversación entre Santa Teresa y Oscar Wilde, que se publicará en una revista dentro de poco, y cree que hubieran sido amigos. Según Rafter, Las historias de los santos desde el punto de vista humano están llenas de todo lo que hace falta para un drama. Hay una época de muchas dificultades, momentos de superación… Para ser santo, primero tienes que ser humano. Los santos han entrado en mi vida. No les he evitado pero me han perseguido, «supongo que porque soy un pecador»
Sobre Denis Rafter
Como director, sus obras han sido estrenadas en los más grandes y emblemáticos teatros de España, como el Teatro Romano de Mérida, el Corral de Comedias de Almagro, el Teatro Lope de Vega de Sevilla y el Teatro Español de Madrid. En el Festival de Mérida ha dirigido obras como El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare y Edipo Rey y Ayax, ambas de Sófocles, cosechando el aplauso de público y crítica.
Recientemente, ha recibido el Premio Adolfo Marsillach por la relevante labor desarrollada a lo largo de toda su vida en la dirección de escena, la interpretación y la docencia teatral, así como por servir de puente cultural entre Irlanda y España.
En el último número de Salamanca. Revista de Estudios se incluye un artículo de Danis Rafter titulado: «Teresa de Ávila, una visión irlandesa». Así resumen el contenido de su artículo los coordinadores del volumen, Román Álvarez Rodríguez y José Antonio Bonilla Hernández:
Dentro de esta misma perspectiva foránea y anglófona, pero pasada por un tamiz muy personal, se sitúan las reflexiones del actor y director teatral irlandés Denis Rafter. Su artículo destila una valiosa bifocalidad, si puede decirse así. Por un lado, recoge de una manera subjetiva y con gran valor emocional los primeros contactos de un católico irlandés con la santa española; por otro, articula esas impresiones personales a través de la biografía que Kate O´Brien escribió sobre Teresa. Pero, al mismo tiempo, la fuerza creadora del dramaturgo hace revivir en el escenario el encuentro de la monja fundadora con otra de las grandes figuras del misticismo español: san Juan de la Cruz. Kate O´Brien, nos recuerda Rafter, vino a España como institutriz de la familia Areilza en Portugalete. El cirujano Enrique Areilza era amigo de Unamuno y de otros miembros de la Generación del 98. La primera novela de Kate O’Brien gira en torno a sus experiencias con los Areilza. Poco a poco se iría empapando de la cultura, de la espiritualidad y del alma de España a través de las figuras que ella más admiraba: Cervantes, san Francisco Javier, san Juan de la Cruz y, sobre todo, Santa Teresa de Jesús. La religiosidad de esta monja singular, mística y reformista, concitó desde el principio una gran admiración en la escritora irlandesa. El descubrimiento de Teresa de Jesús fascinó a la joven Kate de tal modo que acabó escribiendo una biografía no tanto de la santa sino de la mujer que habitaba bajo el hábito carmelitano. Al principio del libro Teresa de Ávila podemos leer: “Escribo sobre Teresa de Ávila por propia elección, que es apasionada, arbitraria y personal”. Denis Rafter descubre a través de Kate O´Brien la gran humanidad de Teresa, su valor y coraje, su espíritu tozudo e innovador, su inspiración literaria y sus experiencias místicas. Teresa no fue una monja al uso. Conocía el mundo, sabía lo que pasaba a su alrededor, tenía noticia de cuanto acontecía tanto en Europa como en América, estaba abierta al conocimiento del siglo y al conocimiento de Dios y se granjeó el respeto en un mundo dominado por hombres. Denis Rafter, como su compatriota irlandesa, no ocultan la admiración compartida por Teresa, la mujer, y, subsidiariamente, por Teresa, la santa, la madre espiritual, la musa inspiradora.
Salamanca. Revista de estudios, nº 59. Monográfico: La huella de Teresa de Jesús
Fuentes: El Confidencial y Página web del autor
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