«Compañía», nueva revista de la UPSA

La semana pasada vio la luz una nueva publicación: la revista Compañía, de la Universidad Pontificia de Salamanca. El rector,  D. Ángel Galindo, explicó en el acto de presentación que el nombre hace referencia a la ubicación en la que se encuentra la Sede Central y el sentido de ‘acompañamiento de la revista’. «Queremos que Compañía sirva para que universitarios, familiares, profesores, instituciones y empresas podamos intercambiar ideas y deseos. Como universidad queremos potenciar la universalidad de saberes y de proyectos. No solo queremos llegar a todos los rincones geográficos, sino también a todas las luces, capacidades y gracias que existen en la geografía humana y personal de todos los agentes universitarios y de quienes os acercáis a la UPSA», aseguró el rector.

Compañía tendrá una periodicidad semestral (junio y diciembre) y una tirada inicial de 8.000 ejemplares. Además, estará disponible en la web de la UPSA en formato PDF. Se puede descargar el primer número en este enlace. En él encontramos, una entrevista a la priora del monasterio de carmelitas descalzas de Ledesma (Salamanca), con motivo del próximo V Centenario. Agradecemos a  Noa María Carballa, directora del Gabinete de Comunicación de la UPSA y autora de la misma, que nos hay permitido reproducirla aquí.

revista-compania-01_Página_18Comienza la cuenta atrás y en los calendarios de distintos países ya se han fijado las fechas para desarrollar multitud de actividades con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús (1515-2015).

El Papa Francisco ha declarado como año jubilar en todas las diócesis españolas el V Centenario de Santa Teresa, que comenzará el próximo 15 de octubre, y todo apunta a que el Santo Padre visitará España el próximo año.

Numerosas exposiciones y congresos repasarán aspectos de la vida y obra de la Santa, entre ellos, el congreso que organizan la UPSA y la Fundación del V Centenario, que se celebrará en octubre. Pero sin duda, lo que más nos puede acercar a la figura de Santa Teresa y su estilo de vida es el carisma del Carmelo

Siempre que visito un convento de Carmelitas Descalzas me da la impresión de que las de dentro son más felices que los que estamos fuera. ¿Qué le diría a aquellos que piensan que la vida en el Convento es aburrida e intrascendental?

Sí, somos felices y la alegría es una de las notas características de la Carmelita. Sentimos gozo de poder ayudar e irradiar ese presencia de Dios.

En el Carmelo, ¿de qué manera están al corriente de la actualidad y de los problemas de la sociedad?

Nos interesamos por todo lo que pasa en el exterior. Las personas conocidas nos informan y nosotras nos mantenemos al corriente de la información a través de los medios de comunicación, por Internet y gracias a las distintas revistas que nos anuncian todo lo referente a la Iglesia y a la actualidad. La formación y la información son muy importantes para estar actualizadas y familiarizadas en los acontecimientos de la Iglesia y del mundo, para orar por ello, pedir remedio a Dios y sentir en nosotras los gozos, las penas, las alegrías y las esperanzas de nuestros pueblos.

Y desde la calle, ¿cómo cree que puede conocer el mundo exterior la labor que se realiza desde el Convento?

Acercándose a nosotras, conociéndonos, participando de la liturgia, también por medio de Internet. De hecho, tenemos un blog para dar a conocer nuestro trabajo y un poco de nuestra vida: www.lascarmelitasdescalzasdeledesma. blogspot.com.es

¿Cómo es el día a día de una carmelita desde que se levanta hasta que se acuesta?

Nuestro día a día transcurre entre la oración, el trabajo y los actos de comunidad. El resto del día lo ocupamos en tareas diversas para nuestro sustento y dedicamos largo tiempo a la recreación y al sano esparcimiento. Somos invitadas a pertenecer al grupo de los discípulos del Señor en una familia, acogiendo su consigna de llevar la cruz de cada día. Por ser una comunidad de edad avanzada, nos levantamos a las 7.30 h. Al cabo de una hora se realiza el primer rezo de Laudes y, posteriormente, desayuno, oración y Eucaristía. A partir de las 11.00 h. empieza el trabajo hasta las 13.00 h, cuando volvemos a reunirnos para la oración del mediodía, seguida de la comida, recreación y descanso hasta las 17.00 h., momento en el que guardamos silencio y recogimiento con la lectura espiritual. A las 17.30 h. se reanuda el trabajo y a las 19.00 h. nos ocupa el rezo vespertino de las Vísperas. Finalmente, cena, oración y recreación.

¿Cuáles son sus fuentes de ingresos?

En nuestras constituciones se nos dice: “A imitación de Cristo, que en Nazaret quiso trabajar con sus propias manos, las monjas carmelitas se someterán de buen grado a la ley común del trabajo solidarizándose con los pobres, ganando con fatiga lo necesario para la vida y poniéndose al servicio de las hermanas sus energías y cualidades, conscientes de asociarse también a la obra redentora de Cristo, a través del trabajo”. Sobre todo se vive de la providencia de Dios, pues todo son gracias, y nos envía aquello que necesitamos cuando menos lo esperamos pero, como todos, también nos ayudamos de nuestro trabajo: “Ganar el pan con el sudor de tu frente”. Tenemos un taller de encuadernación, que es una fuente de ingresos junto con la ayuda de las pensiones mínimas de las hermanas mayores y de las limosnas que los bienhechores dan (aunque ahora son menos). También el Banco de Alimentos de Salamanca nos ayuda con alimentos de la Unión Europea y nosotras, a su vez, ayudamos a la gente del pueblo que más lo necesita y que suele venir a pedir al torno.

¿Cuál es su papel, como Priora?

El oficio de Madre Priora consiste en tener en cuenta que se guarde la Regla Carmelita y las constituciones. Esta figura está puesta al servicio del designio del amor del Padre, es vínculo de unión y de amor entre las hermanas, las precede, las guía y acompaña en el camino de la vocación. Además, tiene cuidado de que se provea a las hermanas de lo necesario, así en lo material como en lo espiritual, con amor de madre.

Además de vocación, ¿qué se necesita para entrar a la orden del Carmelo Descalzo? Hay que tener en cuenta la salud física y psíquica para poder llevar el ritmo del monasterio, motivaciones, aptitudes para dar el paso y mucha voluntad para estar abierta al cambio de vida. Además, se debe comprobar qué mueve a una persona a ingresar en la orden, con qué valores religiosos y humanos contamos y si posee una madurez humana y espiritual suficiente según su edad para poder esperar que esté en condiciones de asumir las obligaciones de nuestra vida.

¿Se valora el Currículum Vitae?

Pues sí, por la ayuda que pueda ser para la persona en beneficio de completar su formación cultural, pero sobre todo, religiosa, aunque esto no lo es todo: hay otros valores más importantes para vivir la vida de comunidad, como el trato con las hermanas y la disposición a dejarlo todo por el Señor en servicio a la Iglesia y a las hermanas con quien compartirán la vida.

¿Importa el pasado?

El pasado puede influir, pero si se está dispuesta a dejarlo todo desde la conversión y la llamada, no debería tener especial importancia.

¿Qué obstáculos puede encontrar una joven que hoy en día decida ser Carmelita Descalza?

Ella misma puede ser su propio obstáculo si no viene dispuesta a dejarse en manos de Dios. La obediencia y la falta de libertad para hacer cuanto quiere o estaba haciendo puede ser una barrera que ella ponga. Depende de cómo sea la persona y la capacidad de madurez que tenga para afrontar la nueva vida.

¿Y cómo afrontan las familias la clausura voluntaria? Si ven que la hija está contenta y con alegría de vivir la vida, suelen aceptar la clausura poco a poco. Todo depende de cómo ellos la entiendan: como encerramiento, sin más visión, o como un lugar de recogimiento y silencio para vivir la vida.

¿Qué cree que puede aportar la vida monacal en estos tiempos de crisis? ¿Por dónde pasa esa esperanza? La crisis no solo es económica; tenemos crisis de familia, crisis de fe, de esperanza, etc. La vida monacal debe ser un testimonio de fraternidad y de esperanza de que Dios existe, y que si nos fiamos de él podemos salir de esta crisis.

Carta de una carmelita
a los lectores de Compañía

Queridos amigos:

Muchas personas tienen interés por conocer nuestra vida contemplativa y su misión dentro de la Iglesia. Les resulta incomprensible nuestra vocación y se preguntan: “¿Qué sentido tiene hoy un grupo de mujeres que gastan su existencia en un ambiente de austeridad, soledad y silencio?”.

La respuesta a este interrogante está en Cristo, centro de la historia y el mundo, amigo y compañero de camino. Nosotras hemos sido llamadas para hacer presente en el mundo la dimensión orante de Jesús. Deseamos ser una viva memoria de la vida oculta, entregada libremente al Padre. Formamos una verdadera familia entre todas las hermanas de la Comunidad. Como diría Santa Teresa: “Aquí todas han de ser amigas, todas se han de querer, todas se han de ayudar”.

Santa Teresa se movió en un ambiente de conflictos y en el marco de la fortaleza de murallas y castillos, por eso nos empuja a luchar como varones fuertes desde la oración y una vida entregada al seguimiento de Cristo, para ayudar y fortalecer a los sacerdotes y a los que luchan en el anuncio del Reino y no se dejan arrastrar por el consumismo, la eficacia y el confort.

Nuestra vida no es aburrida; al contrario. Sentimos gozo de poder ayudar e irradiar esa presencia de Dios. Con sencillez y verdad tratamos de compartir la alegría serena de una vida en la que Dios es suficiente ante una sociedad de consumo donde los signos de la presencia de Dios han desaparecido. Nuestro estilo sobrepasa lo razonable, pertenece al orden del misterio y de la fe. Cristo está en el centro de nuestra vida y viene a ser la realidad más íntima de nuestra existencia.

Tampoco nos sentimos aisladas, tratamos de ser un signo de comunión o lugar de acogida para todas las personas que nos rodean: familias, laicos, sacerdotes, etc. Todos nos podemos complementar. Esta importante variedad de servicios y funciones enriquecen la vida de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios. Les pediríamos que se acerquen para conocernos y comprobar que nuestra vida no es aburrida. De aburrida nada. Cada día es descubrir el amor que Dios nos tiene y amanecer con nuevas ilusiones porque el amor no sabe de aburrimientos. La vida de la carmelita es para los demás y nuestro “Carisma” específico o la dedicación fundamental de nuestra vida de claustro es la oración y la contemplación y esto, unido a la liturgia diaria, es lo fundamental de nuestra vida diaria.