Teresa, una mujer nueva

Ávila (España)

Junio de 1556.

Mi nombre es Juan de Prádanos.

Por gracia de Dios, que no por mérito propio,
fui testigo de esta historia…

Dos años ha que soy sacerdote,
y sirvo en religión
a la Compañía de Jesús
de nuestro padre Ignacio de Loyola.

Dios tuvo a bien me encomendar
el Rectorado del Colegio de San Gil
y dirigir algunas almas
de lo más granado de la ciudad…
…entre ellas la de doña Guiomar de Ulloa,
a la sazón viuda de Don Francisco de Ávila.
Don Francisco de Salcedo,
Doña Aldonza de Guzmán, hermana de Doña Guiomar
y otras…

Cierto día, Doña Guiomar hízome llegar recado
de que se hospedaba en su casa
una monja carmelita del Convento de la Encarnación,
tan maltrecha de salud,
que la priora del Monasterio
dióle permiso para se recuperar
pasando a su cuidado algunas semanas en su casa.

La carmelita solicitaba
ser escuchada en confesión
y si fuere menester
ayudada en su alma.

Lo que encontré fue una pobre enferma,
de mirada contrariada, a fe mía,
triste en el corazón
y en el cuerpo…

Su nombre:

Teresa de Ahumada.

Le dije que, en cuanto a la oración, no dejase nada por hacer…
también que no tuviera pena de dejar algunas amistades,
que aunque no ofendía a Dios con ellas,
eran de mucha afición…
Por último, y lo más importante:
que lo encomendase a Dios unos días
y rezase el himno “Veni Creator”…
no a manera de cumplimiento,
sino para gozar.
Sí, para gozar.

25

Teresa obedeció.

Aquella noche, a la luz de las velas,
la madre Teresa púsose de rodillas
a solas, en su estancia…
a invocar con el canto,
a su Esposo…

Veni, Creator Spiritus,
mentes tuorum visita.
Imple superna gratia
quae tu creasti pectora…

Ven Espíritu creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia
los corazones que Tú mismo has creado…

Teresa no pudo concluir el canto,
vínole un arrebatamiento tan súbito que casi la sacó de sí…
Y entendió ella,
muy en el espíritu,
estas palabras:

“Ya no quiero que tengas conversación
con hombres, sino con ángeles”

Mucho espanto sintió y más consuelo.
Fue la primera vez que el Señor le hizo
la merced de arrobamientos

En lo sucesivo, vendrían más…

A la mañana siguiente, Teresa cantaba…
Tantos años esperando…

Lo que encontré fue una mujer nueva, de mirada alegre,
nueva esposa
feliz…

Su nombre: Teresa de Jesús.

L. Alfil


5 respuestas a “Teresa, una mujer nueva

  1. Hay dos cosas que no se pueden ignorar para entender esta «gracia» teresiana. Teresa lleva años orando, luchando apasionadamente contra sí misma, con una intensidad y convencimiento (determinada determinación) difícilmente imaginables. Por otro lado el texto muestra a Teresa obediente, haciendo lo que se le aconseja (invocar al Espíritu Santo). La oración persistente, constante y perseverante unida a la obediente actitud de quien confía plenamente en la palabra de quien le ayuda, hacen posible que que la persona «perciba a Dios» y descubra experiencialmente el toque divino del Amor del Espíritu que justo en ese momento transforma porque le abrimos la mente y el corazón. Es una gracia sentida por muchas personas y reconforta descubrir cómo la narra Teresa.

    1. Es una recreación poética de este texto del Libro de la Vida:

      Vida, 23
      4…Fue el Señor servido que comencé a tomar amistad con una señora viuda, de mucha calidad y oración, que trataba con ellos mucho. Hízome confesar a su confesor, y estuve en su casa muchos días. Vivía cerca. Yo me holgaba por tratar mucho con ellos, que, de sólo entender la santidad de su trato, era grande el provecho que mi alma sentía.
      5. Este Padre me comenzó a poner en más perfección. Decíame que para del todo contentar a Dios no había de dejar nada por hacer; también con harta maña y blandura, porque no estaba aún mi alma nada fuerte, sino muy tierna, en especial en dejar algunas amistades que tenía. Aunque no ofendía a Dios con ellas, era mucha afición, y parecíame a mí era ingratitud dejarlas, y así le decía que, pues no ofendía a Dios, que por qué había de ser desagradecida. El me dijo que lo encomendase a Dios unos días y rezase el himno de Veni, Creator, porque me diese luz de cuál era lo mejor. Habiendo estado un día mucho en oración y suplicando al Señor me ayudase a contentarle en todo, comencé el himno, y estándole diciendo, vínome un arrebatamiento tan súbito que casi me sacó de mí, cosa que yo no pude dudar, porque fue muy conocido. Fue la primera vez que el Señor me hizo esta merced de arrobamientos. Entendí estas palabras: Ya no quiero que tengas conversación con hombres, sino con ángeles. A mí me hizo mucho espanto, porque el movimiento del ánima fue grande, y muy en el espíritu se me dijeron estas palabras, y así me hizo temor, aunque por otra parte gran consuelo, que en quitándoseme el temor que a mi parecer causó la novedad, me quedó.
      6. Ello se ha cumplido bien, que nunca más yo he podido asentar en amistad ni tener consolación ni amor particular sino a personas que entiendo le tienen a Dios y le procuran servir, ni ha sido en mi mano, ni me hace el caso ser deudos ni amigos. Si no entiendo esto o es persona que trata de oración, esme cruz penosa tratar con nadie. Esto es así, a todo mi parecer, sin ninguna falta.

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