Carlos Aganzo acaba de publicar un poemario inspirado en el Cántico sanjuanista. Se titula La hermosura. Ha sido publicado por Libros del Aire, en la colección Jardín Cerrado y se presentará el día 30 de mayo en una sesión del encuentro literario Viernes del Sarmiento, en Valladolid.
Carlos Aganzo (Madrid, 27 de marzo de 1963) es poeta, escritor y periodista. Desde 2009 dirige el diario El Norte de Castilla de Valladolid. Es también asesor de la revista cultural El Cobaya y responsable literario de los Premios Internacionales de poesía San Juan de la Cruz y José Zorrilla. Es autor del himno del V Centenario, con música de Palazón («Maestra de la luz»).
Su abundante obra poética ha merecido los premios: Jorge Guillén, Jaime Guil de Biedma y Universidad de León de Poesía. En septiembre de 2012 le fue concedido el Premio Nacional de las Letras Teresa de Ávila.
En palabras del autor:
«Los veintisiete poemas que se contienen en este libro, una selección amplia de mis textos iluminados directamente o indirectamente por esta luz, no son sin embargo poemas dedicados ‘a’ o escritos ‘para’ el maestro. Son poemas escritos ‘con’ Juan de la Cruz; a zaga de su huella, sí, pero absolutamente personales e incardinados en mi manera de entender la poesía, bien distinta de la del fontivereño».
Y Antonio Colinas dice de La hermosura en su prólogo:
«…el libro de Carlos Aganzo es muy de él y muy de nuestros días. El nombre y los ecos de Juan de Yepes pueden andar por sus poemas, pero el mensaje primero de estos es otro, el de los temas eternos: el amor, la soledad, el viaje, la contemplación… «
Ayer, Angélica Tanaro le dedicaba un artículo titulado «En armonía con Juan de Yepes», del que seleccionamos algunos fragmentos:
En todos ellos la voz del autor de ‘Caídos ángeles’ suena nítida y radicalmente contemporánea en un poemario en el que el amor es asunto principal:
«Vengo hasta aquí secretamente solo,
a esta alcoba escondida
con dos puertas secretas:
tu puerta, que solo abre mi llave,
tu llave, que solo abre mi puerta,
y el delicado amor que nos abrasa
al abrigo del mundo y de la niebla».Y sí: Juan de Yepes está cerca, porque su obra ha venido sonando durante catorce años en los oídos del poeta «hasta convertirse en una especie de banda sonora original de mi vida», confiesa Aganzo, que escribe:
«En una noche oscura
no hay sino esperar a las señales
de luz de las alcobas interiores;
allí donde canta el río/ donde el aire desvela
con sus coplas de amor al prisionero».Y aunque continuamente le acompaña:
«Por aquí mi San Juan
tras el resplandor del libro de los libros,
tras el alado cantar de la morisma…
Por aquí los destellos
del último verano; sabor a último beso
entre el lecho de pajas de la era,
estrellas por testigo…».Está su voz reconocible, la que ha venido marcando su trayectoria, y en especial la de la última etapa a la que pertenecen estos poemas escritos a lo largo de los últimos catorce años:
«Hay siempre una tensión y una esperanza
en cada movimiento.
Así es como se aprende.
Así incorpora el agua a su bagaje
los códigos secretos del verano
¿No es acaso el amor, te lo pregunto
vibración de las aguas sumergidas?».Angélica Tanaro, «En armonía con Juan de Yepes», El Norte de Castilla, 24/05/2014
