La Universidad de la Mística de Ávila (CITeS) y la Junta Islámica han firmado hoy martes 18 de marzo, en el Ateneo de Madrid, un convenio para implantar la Cátedra ‘IBN Arabi’ de Estudios Islamocristianos.
Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, arraigados profundamente en su tradición cristiana, transmiten sin embargo, una experiencia con valor universal, que puede ser entendida y compartida desde las más diversas confesiones religiosas. Sus palabras son puerta que abre al Misterio e invita a un camino de encuentro.
Quizá la mística sea el único camino que posibilite ese milagro del entendimiento profundo entre las diversas tradiciones religiosas. Desde la experiencia amorosa de encuentro con lo trascendente podemos comprometernos de verdad con lo inmanente, y descubrir su dignidad y valor.
La Junta Islámica y la Universidad de la Mística de Ávila (CITeS) han firmado hoy martes en el Ateneo de Madrid un convenio para implantar la Cátedra ‘IBN Arabi’ de Estudios Islamocristianos, que comenzará a impartirse a partir del próximo curso en el Centro Internacional de Estudios Teresiano Sanjuanistas.
El convenio para la puesta en marcha de esta cátedra ha sido suscrito por el director del Centro Internacional de Estudios Teresiano-Sanjuanistas de Ávila (Universidad de la Mística), Javier Sancho Fermín, y la presidenta de Junta Islámica, Mariam Isabel Romero Arias.
La línea de actuación de la Cátedra será la puesta en común de los contenidos espirituales del Islam y el Cristianismo junto a la investigación científica y difusión de los valores Islamocristianos, reforzando todos aquellos aspectos que ayuden y favorezcan el diálogo y el encuentro interreligioso entre ambas tradiciones y con el conjunto de la sociedad española.
Además, la Cátedra busca la reflexión en común desde el ámbito cultural y religioso, con especial énfasis en el papel histórico de la mujer en la Revelación según las distintas creencias.
En este sentido, la presidenta de la Junta Islámica, Isabel Romero, ha señalado que «se están produciendo cambios significativos en distintos niveles» pues, por ejemplo, «después de 25 años de existencia de la Junta Islámica, la presidencia la ejerce por primera vez una mujer». Además, ha señalado que «el Papa Francisco está insistiendo de forma reiterada en el trascendental papel de la mujer en la Revelación».
Por su parte, el director de la Universidad de la Mística Teresiana, Javier Sancho, ha subrayado la figura del pensador musulmán español IBN Arabi, cuyo simbolismo es todo «un camino a seguir en la búsqueda de territorios comunes interreligiosos, espacios de encuentro, de diálogo y de entendimiento desde la perspectiva experiencial».
Para Sancho, el Centro Internacional de Estudios Teresianos tiene «como misión y como vocación, desde un sentido eclesial abierto en línea con el Papa Francisco, contribuir a la búsqueda de diálogo entre culturas y religiones a través de los estudios de la Mística».
Las actividades de la Cátedra Islamocristiana se desarrollarán a partir de 2015 de forma presencial en el Centro Internacional de Estudios Teresiano Sanjuanistas de Ávila. Asimismo, estos estudios de alta especialización se podrán realizar a distancia, a través de las plataformas digitales del CITes y la plataforma educativa que se ofrece desde la Junta Islámica.
Fuente: europapress.es
¿Quién fue Ibn ‘Arabí?
Abū Bakr Muhammad ibn ‘Alī ibn ‘Arabi (Murcia, 28 de julio de 1165 – Damasco, 16 de noviembre de 1240), más conocido como Ibn Arabi, Abenarabi y Ben Arabi fue un místico sufí, filósofo, poeta, viajero y sabio musulmán andalusí. Sus importantes aportaciones en muchos de los campos de las diferentes ciencias religiosas islámicas le han valido el sobrenombre de Vivificador de la Religión y El Doctor Máximo.
Nacido en Murcia, de padre murciano y madre bereber, se trasladó con su familia a Sevilla. Sus estudios literarios juveniles transcurrieron entre Lora del Río y Carmona.
El ansia de saber condujo a Ibn ‘Arabi a una vida viajera, recorriendo primero su Al-Andalus natal y luego el Norte de África visitando a los diferentes grupos sufíes. Más tarde visitó El Cairo y Jerusalén. Después de pasar dos años de emociones espirituales en La Meca decidió continuar viaje a Bagdad, Mosul, Konya (antigua capital del Sultanato de Rüm y una ciudad de la actual Turquía) y Damasco, donde finalmente se estableció durante 17 años hasta su fallecimiento. Su tumba, en la que después fueron enterrados dos de sus hijos, aún se conserva y es lugar de peregrinación para el mundo musulmán. Sobre su tumba los otomanos edificaron una madrasa en la que se guarda su sepulcro.
