No quisiera que se nos escapasen porque, dada la gran cantidad de noticias, corremos el peligro de que pasen por nuestro entorno sin tomar conciencia de su importancia. Con la consiguiente pérdida para nuestra cultura humanística. Se trata de santa Teresa y de El Greco. Dos imprescindibles en el ámbito de nuestra cultura y dos gigantes de la espiritualidad y del arte español.
Santa Teresa nace en Ávila en 1515 y muere el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes. Su figura impresiona porque, además de dar la talla como gran santa y sus extraordinarias cualidades humanas en una época en que la mujer pasa desapercibida, santa Teresa destaca vigorosamente en muchos aspectos de su vida. Mujer con una energía especial para reformar su orden del Carmelo, viajes, malas posadas, empréstitos, atravesando la península fundando nuevos conventos…
Parece mentira que en medio de tanto ajetreo haya podido dejarnos tantos escritos, considerados como verdaderas joyas literarias. Con un delicioso estilo trata sutiles temas místicos que todos puedan entender. El libro de la vida, Las fundaciones, Camino de perfección, Las moradas… son algunas de sus obras más conocidas. Como es lógico, habrá numerosos cursos durante todo el año, especialmente en la Universidad de la Mística en Ávila y otras capitales, sobre mística y espiritualidad.
Por otra parte, Dominikos Teotokópoulos, El Greco, nacido en Creta en 1541, se estableció en 1577 en Toledo, la ciudad imperial, donde murió en 1614. Este año Toledo va a hervir de conferencias y otros eventos culturales, con «El Greco y Toledo» como lema. También en el Prado y en otros sitios se hará presente el eco del gran pintor teólogo. Durante mucho tiempo nuestro artista estuvo considerado personaje de segunda fila. Hasta que a finales del XIX comenzó su revaloración, imparable hasta hoy. Se puede decir que comenzó con la modernidad y el movimiento El Cau ferrat, de Sitges. Gregorio Marañon, Manuel Cosío, Delacroix con el Impresionismo, Fernando Marías, J. C. Rodríguez. Eugenio Dórs llama a esta pintura, «pintura música», en contraposición a Velázquez y otros figurativos. Hoy, sin duda alguna, se le tiene como un adelantado que ha representado como pocos la religiosidad de sencillo pueblo, en una época en que florecieron tantos y tan buenos artistas.
Aprovechémonos de este año que nos actualiza a dos verdaderos colosos de la literatura mística en santa Teresa y de la pintura con El Greco, de arte y religiosidad. En fin, de algo que cada vez se echa más a faltar, la cultura humanística.
Francisco Gil Gandía
Fuente: Levante-EMV
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No tenga miedo!!! Como dijo su santidad Juan Pablo II, pues Teresa de Jesus sigue dando razones para seguirla en Twitter y Facebook