Juan Gelman y los místicos: «la presencia ausente de lo amado»

gelmanEl escritor argentino Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) ha sido uno de los grandes poetas hispanoamericanos del último medio siglo.

Con apenas ocho años, comenzó a escribir poemas para tratar de conquistar a una niña de la que se había enamorado, Ana. Más tarde, dejaría  los estudios universitarios de química para dedicarse a la poesía y al periodismo.

Autor de más de 30 libros, Gelman ganó entre otros galardones el premio Nacional de Poesía en Argentina (1997), el Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe (2000), el Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde (2004), el Reina Sofía de Poesía (2005) y el Cervantes (2007).

Involucrado políticamente en su país, sufrió, durante la dictadura militar, el dolor de la desaparición de su hijo Marcelo (posteriormente torturado y asesinado) y de su nuera Claudia embarazada de siete meses, asesinada tras dar a luz a una niña. Treinta años después, lograría localizar el paradero de esta nieta,  apropiada por padres falsos. La joven reconocería su nueva identidad como hija de Marcelo Gelman y María Claudia García.

En este doloroso contexto se pueden situar las palabras que dedica a Teresa de Jesús y a Juan de la Cruz en el discurso pronunciado con motivo del Premio Cervantes:

«Santa Teresa y San Juan de la Cruz tuvieron para mí un significado muy particular en el exilio al que me condenó la dictadura militar argentina. Su lectura desde otro lugar me reunió con lo que yo mismo sentía, es decir, la presencia ausente de lo amado, Dios para ellos, el país del que fui expulsado para mí. Y cuánta compañía de imposible me brindaron. Ese es un destino «que no es sino morir muchas veces», comprobaba Teresa de Ávila. Y yo moría muchas veces y más con cada noticia de un amigo o compañero asesinado o desaparecido que agrandaba la pérdida de lo amado».

Gelman, reconocido en 2004 con el Premio Nacional de las Letras de Ávila,  se acerca en su obra Citas y comentarios a la escritura mística española, a San Juan de la Cruz o a Santa Teresa de Jesús, estableciendo un paralelismo entre el místico y el exiliado, quien en palabras del propio Gelman «solo puede dar lo que no tiene y habla desde la utopía, su ningún lugar. Como el amor, como la poesía».

Su dura historia personal —así lo destacó el jurado del Premio Cervantes— nunca le llevó a abdicar de su compromiso prioritario con la poesía. «Se suele ser revolucionario en el modo de la rabia: Juan Gelman lo es sobre todo en el modo de la ternura», dijo en una ocasión Jorge Riechamn.

Juan Gelman fallecía este martes, 14 de enero, a los 83 años en la Ciudad de México, donde residía hacía 20 años.