Mariano Calvo, periodista y escritor, ha publicado recientemente, en la editorial Cuarto Centenario, un libro titulado Rutas literarias de Toledo. En él, se presentan 190 localizaciones de la ciudad imperial vinculadas a la literatura y distribuidas en 14 rutas. Cada ruta, además, va acompañada de mapas y de fotografías, a cargo de Ricardo Martín, a modo de guía.
La obra tuvo su origen en un encargo del presidente de la Fundación Garcilaso de la Vega (de la que Mariano Calvo es miembro y asesor). Así, el plan inicial era «localizar los principales puntos de interés relacionados con este autor en el Casco Histórico y darles sentido dentro de un itinerario». Luego, se amplió el proyecto, dando cabida a las rutas de diferentes escritores y obras, y así surgieron la de las leyendas, la de la Edad Media, la de Garcilaso, la del Lazarillo, la de santa Teresa y san Juan de la Cruz, la de Cervantes, la de Lope de Vega, la del Siglo de Oro, la de Bécquer, la de Pérez Galdós, la de Blasco Ibáñez, la de Azorín y Baroja, la de Félix Urabayen y la de Gregorio Marañón.
La quinta ruta es la dedicada a los dos grandes místicos y escritores del Carmelo, que también tuvieron por un tiempo su residencia en Toledo. En el caso de Teresa, hay además, otras vinculaciones de tipo familiar con la ciudad: su abuelo era conocido como el Toledano.
En una reciente entrevista, Mariano Calvo se expresaba en estos términos¹: «Yo diría que todo el Casco Histórico de Toledo es un gran escenario literario, pero, si tuviera que elegir algún punto concreto, destacaría la Plaza de Zocodover y la Casa de Mesa. La primera es un espacio de Toledo que se ha proyectado en multitud de obras, desde textos medievales hasta la picaresca. La segunda es uno de los edificios toledanos con mayor vocación literaria, relacionada con el caballero Esteban Illán, con los Manrique y con Santa Teresa».
En la introducción de la obra, Mariano Calvo enlaza también la Plaza de Zocodover con la figura de del santo:
«Zocodover vio pasar una noche a San Juan de la Cruz huyendo como garza herida de su cautiverio en el convento del Carmen, atravesándola a altas horas de la madrugada como un noctámbulo insólito; llevaba el cuerpo molido a golpes y vestía un hábito de harapos, pero en su cabeza anidaban ya los versos de su Cántico espiritual».
Por su parte, la Casa de la Mesa era, en tiempos de Teresa de Jesús, el palacio donde residía su amiga doña Luisa de la Cerda, y donde la santa escribiría la primera redacción de su Libro de la Vida.
Se pueden ver las primeras páginas de Rutas literarias de Toledo en este enlace.
¹«La Casa de Mesa es un gran referente literario» en La tribuna de Toledo.es
Teresa, de la rueca a la pluma 